Robert Schumann - Consejos para la juventud

Si te dedicas o quieres dedicarte a esto de la música, no te pierdas ninguno de los consejos que Robert Schumann da a los jóvenes músicos para que desarrollen su carrera profesional con rigurosidad y valor por la esencia musical.



Robert Schumann nació el 8 de julio de 1810 en Zwickau (Sajonia) y murió el 29 de julio de 1856. Además de su fecunda obra musical, llena de notable inspiración y delicadeza, ha escrito un grupo de "Consejos para la Juventud".

Son consejos salidos de un hombre que amaba la educación musical y sobre todo a los niños; los "Consejos" constituyen una estupenda lección de pedagogía: Schumann no habla por hablar, le consta la realidad de lo que dice, muchas veces desde el más profundo dolor.

  • La educación del oído es de máxima importancia; es conveniente, pues, que en seguida te ocupes de ella, esforzándote en reconocer cualquier sonido que escuches y la tonalidad de cada trozo de música. Procura también saber que sonidos producen las campanas, el cuclillo, etc. (Nota: con esto último Schumann se refería a los instrumentos percutidos no temperados).
  • Tocar con atención las escalas y los ejercicios mecánicos es una cosa óptima; pero no imites a esos pianistas que, creyendo que con esto se alcanza el máximo resultado, dedican siempre, hasta la más avanzada edad, varias horas diarias a los ejercicios mecánicos de los dedos. Eso equivale a repetir diariamente, con creciente rapidez, las letras del abecedario. Es necesario emplear mejor el tiempo (Nota: este consejo se aplica a todos los instrumentos no solo el piano).
  • Se han construido los llamados teclados mudos; pero después de breve uso te convencerás de su inutilidad: ¿cómo pueden los mudos enseñar a hablar?
  • ¡Lleva bien el compás! La ejecución de algunos concertistas se parece al andar de un borracho; guárdate de tomar a ellos por modelo.
  • Profundiza temprano en las leyes fundamentales de la armonía.
  • ¡No toques negligentemente! Ejecuta cada trozo siempre con mucha atención, sin omitir nada.
  • Tocar muy deprisa es un defecto tan grande, como tocar muy despacio.
  • Procura ejecutar lo mejor posible obras fáciles, obtendrás así más beneficios que ejecutando mediocremente composiciones difíciles.
  • Ten siempre tu instrumento perfectamente afinado.
  • No basta con ejecutar con los dedos la música; hay que saber también cantarla, en voz baja, sin recurrir al instrumento.
  • Ejercita tu memoria para poder retener no solo la melodía de una composición, sino también su armonía.
  • Aunque tengas poca voz, acostúmbrate a cantar, sin la ayuda de instrumento alguno; así perfeccionarás siempre más el oído. Pero si tienes la suerte de poseer una hermosa voz, no vaciles en educarla: ¡considérala como uno de los más preciados dones que te haya concedido Dios!
  • Procura llegar a comprender la música escrita, sin ejecutarla: con solo leerla.
  • Cuando toques, no te preocupes de quiénes te escuchan; pero sí, ejecuta siempre como si te escuchara un maestro.
  • La primera cualidad de la interpretación es la precisión, o sea, la exacta observación del texto, que pone de relieve la más recóndita intención del autor.
  • Si te dan para tocar un trozo que no conoces, léelo antes de ejecutarlo.
  • Si después de la técnica diaria estás cansado/a, no continúes tocando: es mejor descansar que trabajar sin placer y sin energía.
  • No ejecutes las composiciones que están de moda. El tiempo es precioso, y sería necesario vivir cien veces más de los que se vive para llegar a conocer sólo la buena música existente.
  • Nutriendo a los niños con golosinas no se forman hombres sanos. La nutrición del espíritu, como la del cuerpo, debe ser sencilla y substanciosa. Los grandes maestros te han provisto abundantemente: aliméntate de sus obras.
  • Aquella música cuyo fin es poner en evidencia dificultades técnicas en la ejecución, pronto pasa de moda: las dificultades técnicas tienen valor sólo cuando persiguen fines más elevados, o sea, cuando logran una perfecta ejecución de la música de verdadero merito.
  • No divulgues las malas composiciones, antes trata con todas tus fuerzas de impedir su difusión.
  • No toques música mala y, salvo que las circunstancias te obliguen, tampoco la escuches.
  • No creas que la verdadera maestría consiste solo en la agilidad. En la ejecución de un buen trozo procura más bien producir la impresión que tenía en la mente el compositor y nada más. Cualquier otra cosa sería caricatura.
  • No olvides que es cosa detestable y monstruosa hacer cambios y mutilaciones en la música de los grandes compositores, como también agregar adornos de uso exclusivamente moderno. Es la máxima injuria que se puede hacer al arte.
  • Al seleccionar la música que debes estudiar, consulta siempre a personas con más experiencia que tú; ahorras tiempo.
  • Procura conocer paulatinamente las obras maestras de los grandes compositores.
  • No te dejes engañar por los aplausos que obtienen muy a menudo los llamados virtuosos. Que la aprobación de los competentes sea para ti de mayor valor que la del público.
  • La música que está de moda tiene poca vida; si persistes en cultivarla, serás considerado un necio.
  • Tocar mucho en reuniones sociales es más doloroso que útil. Adáptate al gusto y a la inteligencia del auditorio; pero sin ejecutar ninguna música de la cual, íntimamente, puedas avergonzarte.
  • No te asustes de las palabras teoría, armonía, contrapunto, etc., etc. Familiarízate con ellas y te sonreirán.
  • No ejecutes nunca una pieza por la mitad, concluye y esmérate en hacerlo bien.
  • No te preocupes nunca de la calidad del auditorio.
  • No desperdicies oportunidad de ejecutar con otros, algunos Dúos, Tríos, etc., ganarás mucho. Acostúmbrate a acompañar a los cantantes.
  • Elige por compañeros a los que sepan más que tú.
  • Escucha todos los cantos populares; ellos son fuente de las más hermosas melodías y reflejan el carácter de las distintas naciones.
  • Presta atención al timbre de todo instrumento y de toda voz humana; reténlo bien en el oído y clasifica su calidad.
  • Observa y estudia bien la vida como cualquiera otra arte o ciencia.
  • La ley de la moral es también la ley del arte.
  • Con actividad y constancia llegarás muy en alto.
  • Sin entusiasmo no hay cariño en el arte.
  • El arte no está para cosechar riquezas, trata siempre de ser gran artista; el resto vendrá de por sí solo.
  • Muchas y muchísimas veces se necesita un genio para comprender a otro genio.
  • El estudio no puede decirse jamás terminado.

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