La evolución del Bajo Eléctrico

El bajo eléctrico es uno de los instrumentos más naturales de la música moderna. Es casi imposible encontrar un género musical en el que no sea responsable de los graves. Su invención era necesaria por diferentes motivos, y llegó con intención de desbancar al contrabajo de los escenarios.

Sus orígenes se remontan al siglo XVI, época en la que ya existía un instrumento llamado violone, del cual parece derivar. 

Sin embargo, hasta el siglo XVII no adoptó la forma y las características actuales, una combinación de elementos propios del violín y de la viola da gamba.
También durante ese siglo se incorporó definitivamente a la orquesta, en la que desempeñaba un papel secundario; se limitaba a reforzar la parte del violonchelo. 

Las dificultades de la interpretación derivadas de su gran envergadura limitaron su salto a los escenarios. A pesar de todo, a finales del siglo XVIII y durante todo el siglo siguiente algunos compositores depositaron su confianza en el instrumento, que se fue ganando el respeto de músicos y del público. Hubo que esperar a la segunda mitad del siglo XX para asistir al verdadero auge del contrabajo de la mano de instrumentistas, pedagogos y, sobre todo, del jazz, que brindó la oportunidad de lucirse en solitario y posibilitó la adopción de nuevas técnicas interpretativas.

A menudo a los guitarristas se les ofrecía conciertos como contrabajista sin tener estos ni idea de como tocar ese monstruoso instrumento vertical. Era necesario encontrar una solución para paliar este problema, sumado a la necesidad de poder transportar su instrumento sin tanto engorro.  La solución fue adaptarlo al formato guitarra, es decir, compacto y horizontal.

La música estaba creciendo a pasos agigantados, y de la mano, las líneas de bajo. 

Cada vez era más importante la precisión en cuanto a entonación, y era algo especialmente difícil con pasajes rápidos. Los contrabajos no llevan trastes orientativos, pero el formato ya se había implantado en guitarras tanto eléctricas como acústicas.
Los fabricantes de cuerdas también han tenido un importante papel en la evolución y desarrollo del sonido del bajo eléctrico. Gracias a sofisticadas técnicas de manufacturación, se inventaron las cuerdas roundwound que aportan sonidos brillantes, muy populares hoy en día. Los primeros bajos eléctricos tenían un sonido mucho más parecido al contrabajo. Las cuerdas que se utilizaban, de tipo flatwound, se acercaban mucho a las típicas cuerdas de tripa (sí, tripa, de los intestinos de animales) que se usaban con el contrabajo.

Los primeros en producir en serie este instrumento fueron Leo Fender y George Fullerton. Se trataba del ahora legendario Fender Precision Bass. El concepto «Precision» hace alusión a la innovación aplicada gracias a los trastes que hacen mucho más precisa la entonación.

Fue una verdadera revolución para los músicos en vivo. El contrabajo ha sido uno de los instrumentos más populares del siglo 20, pero sus dimensiones complicaban su manejo. En cambio el bajo eléctrico se puede transportar con facilidad.

Los primeros Precision de Leo Fender eran muy rudimentarios. Solo venían con una pastilla single-coil y una rueda de control de tono y otra de volumen. El treble se podía reducir para alcanzar ese sonido similar al contrabajo. Otro argumento decisivo es que era menos susceptible a los acoples. Gracias a las pastillas electromagnéticas, la vibración de las cuerdas de acero podían amplificarse con precisión vía altavoces. Ahora podía sonar más alto, y por lo tanto, encajar mejor en bandas más ruidosas.


Michael Thurber te lleva a través de 45 canciones y 9 bajos para explorar la historia del bajo.

SELECCIÓN POR CATEGORÍAS

Entradas populares de este blog

Resumen MasterClass ¿Cómo hacer una canción?

Tritono (La nota del Diablo)

Claves del Pentagrama